Tener un plan de carrera es sumamente importante desde antes de que se ingrese a la universidad, siendo esto último es una de las decisiones más grandes que toman las personas a los 17 o 18 años.

El papel del mentoreo durante este proceso inicia debido a la necesidad de tener este seguimiento al iniciar un nuevo nivel educativo, para que los estudiantes puedan elegir la carrera que mejor se adapte a su plan general de vida, habilidades y aptitudes.

Le llamamos “general” porque sabemos que es muy complicado a esa edad ponerle nombre y apellido al puesto que se busca ocupar. Es por esto por lo que la gran virtud de realizar un plan de carrera es, además de tener una pauta para medir las metas individuales, poder irla modificando conforme se va ejecutando.

Después, cuando ya se entra a una carrera y se busca un crecimiento profesional, precisamente debemos de generar una visión de crecimiento donde nos estemos formando e identificando a donde queremos llegar, siguiendo nuestros sueños y aspiraciones. Los cuales, como humanos que somos, nunca terminan y el acompañamiento de un mentor facilita.

Siempre que logramos subir un escalón, ya debemos tener la visión de hacia donde queremos ir, cómo nos queremos desarrollar, qué buscamos lograr, entre otras cosas, tanto en el ámbito profesional como en el personal. Esto al mismo tiempo que se tiene la prudencia y sabiduría de que, aunque el plan no se cumpla completamente, podremos conocer los siguientes pasos.

Creando la cultura de mentoría en instituciones educativas

La mentoría muchas veces la limitamos a un asesoramiento, lo cual está lejos de mostrar el potencial que tiene. Al platicar con el equipo de MentorME me pareció impactante conocer la visión que tienen las empresas grandes a nivel global sobre el mentoreo, y considero que es completamente aplicable a nivel universitario.

El valor de esto se da en que todos podamos ser mentores y todos podamos ser mentees a la vez. En el ámbito universitario incluso esto se puede dar con mentores que juegan ambos papeles. Por ejemplo, hay maestros en el área de investigación que tienen más experiencia en ciertas áreas de conocimiento, y hay otros profesores más jóvenes que inician en el mundo laboral y requieren de este tipo de acompañamiento y guía para aprender de lo que otros han hecho, sus aciertos y sus errores. Esto puede permear en otros ámbitos también.

Algo que se está tratando de formar es que los mentores que ya son externos o egresados y que se encuentran en el ámbito profesional sean mentores de estudiantes a punto de egresar, pero que al mismo tiempo se genere un circulo virtuoso en el que justo estos alumnos que se encuentran en el último año de sus carreras puedan ser mentores.

Al final, siempre hay alguien que nos puede asesorar, dar tips y ayudarnos a definir nuestro plan de desarrollo y poder ir aplicando el compartir conocimiento con otras personas que vienen siguiendo un plan similar al nuestro.

Diferenciando a los estudiantes mediante el mentoreo

El seguimiento que se tiene con un mentor puede hacer una diferencia notable en la persona que recibe este conocimiento, sobre todo cuando se busca entrar al mundo laboral o establecer objetivos individuales.

Las principales diferencias radican en lo siguiente:

• Se va a poder tener una visión a futuro que será aterrizable en un plan de carrera bien definido y de desarrollo personal en cualquier ámbito. Entonces, se puede tener a alguien que te ayude a marcar tus objetivos y metas para que sean alcanzables y generar motivación constante para lograrlos.
• Genera humildad para aprenderle a otra persona, para tomar consejos, adaptar dichos consejos e identificar qué conocimientos se aplican a tu circunstancia en particular.
• Se desarrollan habilidades como organización, networking, habilidades de relacionarse con otros, generación de empatía para sacar más fruto del programa de mentoreo que sea de manera mutua, con un crecimiento colectivo.

En México se está empezando a aplicar este entorno sumamente valioso del mentoreo que puede ser aplicable en muchos ámbitos. Incluso, creo que podría haber mentorias interdisciplinarias que generen valor en base a una relación (mentor y mentee) y con esta cultura, colaboraciones y desempeño que generan organizaciones como MentorME, se podrá ir magnificando el mentoreo y, eventualmente, será algo importante, impactante y trascendental para las personas, tanto en el ámbito profesional como el personal.